Tabarca es una pequeña isla con mucha historia detrás.

Antiguamente, ya se hablaba de construir una fortificación para poder protegerse de los piratas berberiscos que centraban sus ataques en la misma, por ejemplo, con Felipe III que debido a su coste no se pudo realizar.

Pero su verdadera colonización comenzó sobre el año 1770, de la mano de Carlos III que tuvo la idea de acoger a 69 familias que estaban recluidas en la isla de Tabarka frente a las costas de Túnez con el fin de instalarlas en la isla, y que sirvieran así de apoyo a las tropas que constituían el fuerte realizando trabajos auxiliares.

Así, se dio paso al nombre de Nueva Tabarca, donde la procedencia italiana se reflejaba claramente en los apellidos de los tabarquinos. A finales del siglo XVIII se construyeron las primeras edificaciones y casas, resaltando la muralla y la iglesia entre otros. Sin embargo, a principios del siglo XIX con la nueva situación política española, la isla fue dejándose, las tierras no eran fértiles, el agua escasa, el mantenimiento caro y así, poco a poco el destacamiento militar se redujo.Y a principios del siglo XX la pesca con las almadrabas consiguió subir un poco la población, aunque actualmente en invierno no viven más de 60 personas.